Los 5 Principios de la Terapia Floral
- Ps. Yamila Leyton Marín
- 27 feb 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 2 mar 2018

La Terapia Floral se basa en cinco principios básicos que rigen la vida del ser humano, según lo planteado por el Dr. Edward Bach, la enfermedad actúa como correctivo, su finalidad es hacernos entender que nos estamos equivocando y apartando del camino correcto. En este sentido, la enfermedad no es un castigo ni una desgracia, es la oportunidad de rectificar una actitud equivocada y nos indican el origen, la causa de ella y el problema a tratar.
En el primero de estos principios, se expresa que existe una polaridad básica inherente a la naturaleza del hombre, esta es alma y personalidad. Donde el alma es entendida como lo permanente, inmortal, trascendente y representa todo el potencial que puede llegar a ser esa persona, en cambio la personalidad es vista como lo perecedero, lo transitorio y que se encuentra representada por el cuerpo. Sin embargo el alma requiere de la personalidad para realizar su aprendizaje, puesto que es aquella que le sirve de sostén material en la vida. A nivel de la personalidad, todo ser humano tiene una realidad corpórea y una realidad emocional, teniendo que conocerse ambas para poder establecer una conexión entre ellas y que esta personalidad se pueda desarrollar, ya que son las emociones las rigen la vida del ser humano, guiándolo en su desarrollo, transformación, etc., habitan en el inconsciente y tiene una naturaleza atemporal.
En el segundo de los principios, el Dr. Bach propone un sentido de vida, enfocado en un sentido de desarrollo y evolución integral del ser humano. El mismo, considera que las circunstancias y experiencias que vive la persona no son al azar, sino que sería esta parte atemporal e inconsciente la que, conociendo qué tipo de tarea debe aprender esta persona, lo hace exponerse a determinadas experiencias para que pueda logar dicho fin. Sin embargo, esto no implica que vaya a aprender, sino que tiene la oportunidad para hacerlo.
El tercer principio, por su parte, habla de la concepción de la vida como proceso y por lo tanto la persona tiene la necesidad de vivir procesos que le permitan desarrollarse en una dimensión casi atemporal (abordar el ayer como hoy, el mañana como hoy, el ayer como futuro). De esta manera el Dr. Bach plantea la vida como un proceso de construcción que va mucho más allá del hoy, aludiendo a un continuo de aprendizaje.
En el cuarto principio, el Dr. Bach habla del sentido y de la causa de la enfermedad, así como de su relación con la salud, en que esta última es entendida como la armonía, y la enfermedad como una disarmonía psicoafectiva. Esto es visto como la existencia de un desconocimiento por parte de la persona de la emoción que está vivenciando, es decir, se disocia cognición de emoción, evadiéndose el aprendizaje, lo cual generaría un conflicto interno que sería extroyectado a través de una enfermedad y de la infelicidad.
En el quinto principio, el Dr. Bach plantea que la unidad de todas las cosas se encuentra en el amor, señalando que todas las personas y cosas están relacionadas, influyéndose constantemente en su evolución, por ser complementarias. Es así como el otro afecta el desarrollo de un ser humano, puesto que ambos se van acompañando en su proceso de aprendizaje y a su vez afectándose mutuamente en la toma de conciencia.
El entender donde estamos cometiendo el error nos llevará a la salud y al bienestar. Desde este punto de vista la enfermedad es en sí beneficiosa y tiene por objetivo devolver la personalidad a la voluntad divina del alma, evitando así el dolor y el sufrimiento.
BIBLIOGRAFÍA.
Bach, E. (2001). Bach por Bach, Obras Completas. Escritos Florales. Sexta Edición, Buenos Aires, Argentina.
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